jueves, 18 de agosto de 2011

CRÍTICAS


Muerte y vida de Bobby Z/ Don Winslow
Don Winslow (Nueva York, 1953) es, por méritos propios, uno de los grandes nombres de la nueva narrativa negra norteamericana, sobre todo a raíz del clamoroso éxito de El poder del perro (2005). La novela que tratamos aquí es de 1997 aunque en España no apareció publicada hasta el 2011.
Tim Kearney es un delincuente de poca monta, veterano de la guerra de Irak, que cumple condena en prisión. En una pelea carcelaria mata a un destacado miembro de los Hells Angels, la tristemente famosa banda de motoristas, así que cuando la DEA (Agencia Antidroga) le ofrece salir de prisión a cambio de suplantar al legendario traficante de drogas Bobby Z, con el que tiene un sorprendente parecido físico, en una operación encubierta, no se lo piensa dos veces y acepta, para evitar una muerte segura a manos de los compañeros de del motorista difunto.
En la operación algo sale mal y Kearney debe huir perseguido por un capo de la droga mexicano, un agente de la DEA corrupto, un rastreaqor indio y una jauría de Ángeles del Infierno con sed de venganza, para salvar su vida y la del niño que le acompaña, hijo ilegítimo de Bobby Z del que se encariña durante su periplo conjunto.
Una de las constantes de la obra de Winslow es la localización geográfgica de sus novelas y de sus personajes; el lugar es siempre la zona fronteriza entre México y Estados Unidos, y los personajes que pueblan sus historias suelen ser narcotraficantes, delincuentes reincidentes, policías corruptos o personas que, por diversos motivos, se han visto arrastrados a este ambiente.
La novela está narrada en presente y tiene un buen ritmo, que sólo decae un poco a mitad del relato, pero Winslow recupera el tempo de cara a la recta final y deja un buen sabor de boca en el conjunto de la novela.
El autor, como es su costumbre, no escatima detalles escabrosos en su historia que, de todas maneras, resulta casi siempre creíble, a pesar de que los personajes que la protagonizan son en algunos casos excesivos.
Winslow nos ofrece pues una novela muy correcta, cuyo tema principal resulta, una vez visto el final, la redención.