sábado, 14 de enero de 2017

CRÍTICA

Las siete iglesias/ Milos Urban
Ésta es la primera vez que leo una obra del escritor Milos Urban (1967, República Checa) y debo decir que no ha sido, en líneas generales, una experiencia satisfactoria.
Esta novela es un claro ejemplo de argumento muy atractivo que luego se ve lastrado por el estilo del autor y por un desarrollo narrativo inapropiado. También es el paradigma del mal uso que un escritor con un profundo conocimiento de su lengua puede hacer de ésta para contar una historia, abusando de una sintaxis barroca y de un léxico que busca la complejidad de forma gratuita y premeditada.
El punto de partida, como he comentado antes, en interesante; un atípico policía, Kvetoslav, cuya máxima afición es el estudio de la historia y la arquitectura, es encargado de investigar una serie de escabrosos crímenes, cuyas víctimas son arquitectos, que se están produciendo en varias de las iglesias más representativas de Praga. A pesar de esto , la lectura de esta novela requiere de un esfuerzo adicional, cosa que en principio no es mala, pero es que la narración se hace poco fluida debido a las continuas digresiones del autor sobre temas muy variados (arquitectura, sociología, historia...) que al final consiguen distraer la atención del lector de la trama, que es lo verdaderamente importante.
Me da la impresión de que Milos Urban ha intentado con esta obra seguir la estela de Umberto Eco en El nombre de la rosa, en cuanto a la erudición y la complejidad de su prosa, mezclándolo con una trama detectivesca pero, si es así, realmente no ha logrado su objetivo, y lo que ha conseguido es una obra innecesariamente densa y, en algunos momentos, francamente aburrida.
Teniendo en cuenta todas las consideraciones que he hecho previamente y sin contradecirme un ápice, debo reconocer también que, en algunos pasajes, Urban logra momentos de tensión acertados y su prosa consigue párrafos
brillantes, aunque muy esporádicos.

domingo, 1 de enero de 2017

CRÍTICA

Plata quemada/ Ricardo Piglia
Esta novela narra unos hechos que ocurrieron en Argentina en 1965. Una banda formada por cuatro hombres atracó un furgón blindado que transportaba el dinero destinado a los gastos de la municipalidad, en total más de siete millones de pesos. El asalto fue extremadamente violento y resultaron asesinados varios policías. Los atracadores consiguieron huir a Uruguay y se refugiaron en un apartamento en el centro de Montevideo, donde tres de ellos fueron descubiertos por la policía y sufrieron un asedio que duró más de 15 horas y terminó con la vida de todos ellos. El cuarto hombre no estaba en el apartamento cuando fue asaltado, desapareció y nunca se llegó a saber con certeza qué fue de él.
Piglia utiliza técnicas de novela negra para explicar esta historia con una crudeza inusitada. Hay pasajes de una violencia muy explícita que, en este caso, creo completamente justificada. El autor se documentó profusamente para escribir este libro pero también reconoció que en algunos momentos había tenido que echar mano de su imaginación para atar algunos cabos de la historia.
Es curioso e interesante el hecho que explica Piglia en el epílogo; esta novela la empezó a escribir en 1968 pero la abandonó poco después debido a un bloqueo creativo y la dejó aparcada hasta 1995, año en que encontró casualmente el manuscrito original y retomó la escritura con la perspectiva que le dieron los años pasados.
Lo más destacable de la novela, en mi opinión, es el sentido coral de la narración, que está explicada desde el punto de vista de varios personajes; un periodista, varios testigos, la policía, ..., y también el perfil psicológico que traza Piglia de los tres delincuentes, que es estremecedor y dibuja vidas rotas por el destino, marcadas por la exclusión social, el abuso de las drogas y el maltrato. Todas estas circunstancias dramáticas combinadas son las que les han llevado a la situación que se narra en la novela. Su prosa es directa y sin florituras lo que creo que es muy acertado para narrar una historia de estas características.