E.C. Delmar es el pseudónimo que utilizó Julián Amich Bert (Tarragona,1895- Barcelona,1968) para escribir tres novelas protagonizadas por el inspector de la Brigada de Investigación Criminal de Barcelona, Venancio Villabaja y por el joven periodista Juan Bandells, protegido del anterior y que ejerce como ayudante y notario de los casos que investiga. Bandells trabaja en la redacción del periódico "El grito" y su padre fue el mejor amigo del policía, de ahí su amistad.
La primera de las novelas de esta saga fue la que nos ocupa, El secreto del contador de gas, publicada en 1932, que tiene el honor de ser la primera novela policiaca publicada en España protagonizada por un policía español, aunque como bien explica Salvador Vázquez de Parga en el prólogo de esta edición, el verdadero protagonista de estas aventuras es Juanito Bandells. En esta ocasión, el dúo protagonista debe investigar el asesinato de un estudiante que ha aparecido con un estilete clavado en el pecho, en una casa de huéspedes de la calle Balmes donde se aloja con otros compañeros, aunque en ese momento solo se encontraba acompañado por su mejor amigo que, al momento, se convierte en el principal sospechoso.
Mi primera impresión al leer la novela es que el autor parece inspirarse en algunos de los pioneros de la literatura detectivesca; Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle, Edgar Wallace y Agatha Christie, entre otros, de los que copia algunas técnicas narrativas y algunos aspectos de la trama, como la estructura folletinesca o como que el crimen del estudiante se produzca en una casa cerrada, planteando un enigma de difícil resolución.
La novela tiene varios aspectos destacables, como el hecho de estar ambientada en la Barcelona de la segunda república, que es descrita con mucha fidelidad; la ingenuidad y la candidez de sus protagonistas; y también sorprende positivamente por el detalle con el que explica el proceso de investigación del crimen cometido, introduciendo ya las figuras de los criminólogos y el médico forense. En conjunto, no me parece una novela muy brillante, sobre todo en el aspecto narrativo y por algunas incongruencias de la trama, si la miramos desde el punto de vista lógico, pero creo que es justo concederle el papel destacado que le corresponde entre las primeras muestras del género policiaco en España.
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