martes, 23 de abril de 2019

CRÍTICA

La tristeza del samurái/ Víctor del Árbol
Pocas veces una novela me ha causado tanto impacto como esta en una primera lectura. Es la primera novela que leo de Víctor del Árbol (Barcelona,1968) y la impresión no ha podido ser más positiva. La novela tiene una trama endiablada que funciona como una máquina de precisión, o más bien como un puzzle macabro; la historia que narra abarca desde el año 1941, en plena posguerra española, hasta principios del año 1981, en los días previos al golpe de estado del 23 de febrero, y entrelaza las vidas de tres familias que ven como sus destinos se cruzan trágicamente envenenando sus existencias a causa de crímenes e intrigas no resueltas en su momento.
Es una novela dura, que ofrece pasajes desgarradores. Es una historia despiadada y brutal, con escenas de gran crueldad, pero en esta novela nada es gratuito, todo forma parte de un engranaje que da sentido al todo.
Del Árbol dosifica perfectamente la información y el suspense, lo que empuja al lector a no parar de leer, a sumergirse en la historia para conocer el devenir de los variados personajes que intervienen en la narración.
El autor no ha inventado nada nuevo en el plano estilístico pero me parece evidente que ha hecho un gran esfuerzo para utilizar el lenguaje de una forma creativa dando distintos usos a los habituales a palabras o adjetivos que teníamos encasillados por el abuso de tópicos.
Se trata, pues, de una novela muy ambiciosa, bien desarrollada y bien finalizada. El único defecto que acierto a verle es, quizá, la caracterización de algunos de los personajes malvados de la novela, que no son pocos, y
que en algunos momentos rozan la caricatura debido a su extrema perversidad.