martes, 11 de agosto de 2020

CRÍTICA

El palacio de la medianoche/ Carlos Ruiz Zafón
Como es bien sabido, antes de conseguir el éxito internacional con La sombra del viento, Ruiz Zafón había escrito tres novelas que en su momento se calificaron como juveniles y que se agruparon más tarde bajo el epígrafe de La trilogía de la Niebla, aunque son tres novelas independientes que no comparten argumento ni personajes. El palacio de la medianoche es la segunda de ellas. Hay que recordar que, a causa del mencionado éxito posterior de Ruiz Zafón, estas tres novelas fueron reeditadas en ediciones más lujosas y que el autor no quiso retocarlas, a pesar de las sugerencias de su editorial, y prefirió dejarlas tal como las había escrito originalmente.
En 1932, en Calcuta, un grupo de siete jóvenes huérfanos, autodenominados Chowbar Society, están en la víspera de cumplir 16 años y abandonar el orfanato que les ha acogido durante toda su niñez, para pasar a formar parte del mundo adulto. Una
anciana y su nieta, Sheere, acuden allí para advertirles de que una gran amenaza pende sobre Ben, uno de los muchachos del grupo. Más tarde, un siniestro personaje se presentará en el orfanato preguntando por el chico. Aryami, la anciana, les explicará también que Ben y Sheere son hermanos y que todo esto está relacionado con su padre y con el incendio de la estación de Jheeter's Gate, 16 años atrás.
A mí me parece la más floja de las novelas de Ruiz Zafón y de las menos atractivas de su bibliografía (solo me falta por leer Las luces de septiembre) pero no por eso deja de ser una obra que muestra el talento incipiente de su autor y algunos de sus rasgos característicos y distintivos: ambientación gótica, gusto por el misterio y la intriga, exaltación de la amistad, idealización del amor y un toque trágico, todo ello envuelto en una cierta ingenuidad que creo que es lo que permite calificar a esta novela como literatura juvenil.
La lectura del libro me ha provocado ciertas reminiscencias de la literatura de Rudyard Kipling mezclada con las historias de terror de Edgar Allan Poe, un pastiche que funciona, a pesar de todo.