jueves, 29 de octubre de 2009

CRÍTICAS

La chica que soñaba con una cerilla
y un bidón de gasolina/ Stieg Larsson

Esta novela es la segunda de la trilogía
Millennium, y en ella nos reencontramos
con los mismos protagonistas que en la anterior
pero afrontando situaciones muy diferentes.
Mientras Lisbeth, después de haber hecho fortuna,
se ha tomado un tiempo para viajar por el mundo, aclarar sus
ideas e intentarhuir del desengaño amoroso que ha sufrido con
Mikael Blomqvist, éste ha vuelto al frente de la revista
Millennium y está embarcadoen nuevos proyectos de investigación
periodística, como el que le lleva a colaborar con el matrimonio
formado por Dag y Mia Svensson,que se han dedicado a investigar
el tráfico de mujeres de países del este que son obligadas a
prostituirse en Suecia.
Durante los muchos meses que Lisbeth permanece fuera de
Suecia, Mikael intenta contactar con ella, sin entender por qué
ha cortado todo contacto con él.
Finalmente, Lisbeth retorna a Estocolmo y sus caminos se
volverán a cruzar cuando ella es acusada del asesinato de
Dag y Mia, y Mikael se propone demostrar su inocencia.
El interés de esta novela radica, principalmente, en el hecho
de que se nos narra la infancia y adolescencia de Lisbeth
Salander y se aclaran, por tanto, muchos aspectos de su
carácter y comportamiento que hasta ahora permanecían
oscuros. Su pasado y su presente se fusionan en la historia
con efectos devastadores.
La trama de esta segunda entrega es tan rica y compleja como
en la primera pero, en mi opinión, el desarrollo de la acción se
demora en demasía y la novela, en su parte central, carece
del punch que tenía la primera. De todas maneras, estamos
hablando de una novela negra magistral que para nada
desmerece a su antecesora.

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