sábado, 27 de marzo de 2010

CRÍTICAS


Pasaje al paraíso/ Michael Connelly
Connelly es uno de los más destacados autores de
la hornada de escritores de novela negra
norteamericana que surgieron en la década de
los ochenta, y en este libro hace honor a
su fama.
Esta es la quinta novela de la saga protagonizada
por el detective del departamento de homicidios de la
policía de Los Angeles, Harry Bosch. Este personaje,
que tiene una larga trayectoria literaria, vuelve en
esta novela a investigar un homicidio después de una
baja voluntaria que le ha mantenido apartado del cuerpo
durante un tiempo. Bosch es un lobo solitario, un hombre
independiente, honesto y poco amante de las normas internas,
que incumple cuando lo cree necesario.
El fallecido es un productor de películas eróticas de serie B
que, sin embargo, vive rodeado de lujo y despilfarro.
Su cadáver aparece cerca del Hollywood Bowl encerrado
en el maletero de su Rolls-Royce, con dos disparos en la cabeza.
La trama se sitúa a caballo entre Los Angeles y Las Vegas, ya que
la víctima viajaba frecuentamente a la ciudad de los casinos
para jugar en las mesas de póker y mantenía allí contactos
con un grupo de mafiosos que poseían clubs de alterne.
Connelly escribe en un estilo claro y conciso, heredado de su
época como periodista de sucesos, pero también es apreciable
la influencia que Raymond Chandler ha tenido en su manera de
escribir, aunque su mayor diferencia estriba en que Connelly
no utiliza la primera persona del singular en sus narraciones,
dándoles así un toque más objetivo.
Esta novela también entronca con el subgénero
Police Procedural , ya que se centra, en
muchos de sus pasajes, en la forma de trabajar
de los policías y en los procedimientos que utilizan los diferentes
cuerpos que participan en la investigación (departamento
de homicidios de la policía de Los Angeles, FBI, Unidad contra
el Crimen Organizado, Policía de Las Vegas).
En definitiva, se trata de una novela negra estimulante y escrita
con mucho oficio, aunque quizá se le debería exigir algo más
de personalidad a su estilo literario.

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