viernes, 17 de octubre de 2014

CRÍTICA

Ubik/Philip K. Dick
Esta es una de las novelas más conocidas de Philip K. Dick (1928-1982) y fue escrita en 1969, un año después de la más célebre ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? que fue adaptada al cine por Ridley Scott con el título de Blade Runner.
Dick es considerado, creo que de forma justa, un genio de la literatura de Ciencia-ficción, y Ubik es una buena muestra de su talento, sin duda. Su enrevesado argumento nos presenta a Joe Chip, un experto en evaluar los poderes telepáticos de las personas, que viaja a la Luna con su jefe, Glen Runciter, y un grupo de sus mejores antipsíquicos para solucionar los problemas que sufre una empresa, que sospecha que tiene algunos telépatas de la competencia infiltrados. Una vez allí, una explosión les sorprende y Runciter muere en el atentado. A la vuelta del grupo a la Tierra, todos se ven afectados por una extraña regresión que les hace retroceder en el tiempo y, tras encontrar varios mensajes de su jefe en los lugares más insospechados, Chip empieza a sospechar que el muerto no es Runciter sino todos los demás miembros del grupo, que parecen estar viviendo en un universo paralelo. Entretanto, éstos empiezan a morir uno a uno, y la única solución para sobrevivir parece un extraño producto llamado Ubik.
A pesar de ser una novela corta, Dick consigue crear un relato que engancha, combinando sus clásicos temas de anticipación (algunos lo tacharon de visionario) y el suspense que envuelve la muerte de algunos de los protagonistas, todo ello aderezado con una atmósfera envolvente y extraordinaria, que deja al lector perplejo.
En diversos pasajes del libro es difícil discernir cuál es la realidad, debido a la mezcla de universos paralelos y de saltos en el tiempo pero esto, en ningún caso, resta interés al argumento,
sino todo lo contrario.
Uno de los aspectos que más sorprenden de la novela, y que dan una idea del nivel de la capacidad creativa de Dick, es el hecho de haber imaginado que en un futuro cercano los humanos podrán existir, después de la muerte, en un estado de semi-vida, criogenizados, y con capacidad para comunicarse con los vivos, tal como lo hace en la novela el personaje de la esposa de Runciter, Ella. Verdaderamente fascinante.

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