sábado, 5 de septiembre de 2015

CRÍTICA

El hombre que miraba pasar los trenes/ Georges Simenon
El escritor belga Georges Simenon (1903-1989) es, sin duda, uno de las grandes autores de género policíaco a escala universal, además de uno de los más prolíficos. Su reputación se debe, sobre todo, a las numerosas historias protagonizadas por el célebre inspector Maigret, pero también a unas cuantas novelas de un realismo descarnado, entre las cuales se encuentra ésta que nos ocupa.
En esta pequeña joya literaria, Simenon narra la vertiginosa espiral de hechos que, en un breve espacio de tiempo, convierten a Kees Popinga, ciudadano gris y honrado de Groningen, que trabaja en una empresa naviera y es un modélico padre de familia, en un peligroso criminal buscado por toda la policía de París.
Simenon demuestra en esta novela, una vez más, una de sus virtudes más sobresalientes; su maestría trazando los perfiles psicológicos de sus personajes. También, como en el resto de sus obras, el autor hace gala de un realismo poco común en la literatura de este género: se ciñe al trabajo diario y a la rutina costumbrista como forma de vida y nunca recurre a falsos artificios ni a espectaculares tramas para crear personajes creíbles. Lo dicho,una pequeña joya.

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