jueves, 14 de mayo de 2020
CRÍTICAS
Calle sin retorno/ David Goodis
Mi iniciación a la lectura se produjo a través de
la novela negra. Cuando tenía once o doce años
empecé a leer compulsivamente novela policíaca.
Entonces no sabía diferenciar todavía entre novela
policíaca, novela de misterio o enigma y novela negra,
pero lo que tuve claro desde el principio es que autores
como Hammett, Chandler, Ross MacDonald, Chester Himes
y Jim Thompson me encantaban. Ese era el tipo de novela que me
gustaba y que a mi me hubiera encantado escribir. Fue en esa época
cuando leí por primera vez a David Goodis y enseguida pasó a formar
parte del grupo de mis favoritos. La novela era Viernes 13 y realmente me
impactó.
Ahora, casi treinta años después, he vuelto a leer a Goodis, esta vez Calle sin retorno,
y no tengo más remedio que quitarme el sombrero y confirmar lo que ya pensaba;
Goodis es uno de los grandes, novela negra en estado puro.
El libro narra la historia de un ex-cantante de éxito que, empujado por una mujer fatal,
arruina su carrera y se sumerge en el mundo de la marginalidad y el alcoholismo. Por
azar se ve inmerso en los disturbios raciales que se producen en Filadelfia entre
anglosajones y portorriqueños y es acusado, injustamente, del asesinato de un policía.
Después de ser trasladado a la comisaría más brutal y dantesca que se pueda imaginar,
consigue fugarse y , a partir de ese momento, se dedica a luchar por su vida, acosado por
la policía, por los portorriqueños y por los delincuentes al mismo
tiempo que intenta demostrar su incencia y recuperar a su amada, apartándola del
grupo de indeseables con los que convive.
En Calle sin retorno encontramos todos los elementos recurrentes de la narrativa
de Goodis, impregnada siempre de su proverbial pesimismo; el hombre perseguido y
acosado injustamente por los mecanismos del estado y de la justicia,
la corrupción policial, la marginalidad, la violencia extrema, la frustración del hombre
que parecía encaminado hacia una carrera exitosa y se ve abocado a la
exclusión social debido a una fatalidad. Pero también encontramos un valor positivo
que Goodis se preocupa de mostrar en todas sus obras; el espíritu de solidaridad entre iguales
que, según su peculiar filosofía, es la única redención que le queda al fracasado social.
Esta es, pues, una de las obras cumbre de la narrativa de Goodis y un claro ejemplo de
novela negra con trasfondo social. Una obra maestra irreprochable.
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