viernes, 25 de noviembre de 2022

CRÍTICA

 Lo que no está escrito/ Rafael Reig

Esta novela tiene un planteamiento muy interesante y original, a la vez: Carlos, un padre divorciado que es profesor de literatura y escritor frustrado, va a recoger  a su hijo a casa de su ex mujer, Carmen, con la que no mantiene una buena relación, para pasar el fin de semana con él en la montaña. Cuando ya se han ido, Carmen se da cuenta de que Carlos le ha dejado, no sabe si por descuido, el manuscrito de la novela que acaba de escribir. Se trata de una novela negra en la que una banda de delincuentes de poca monta secuestran a la hija de un adinerado empresario. Carmen no puede resistir la tentación de leerla y entonces se crea en ella el temor de que Carlos le haya querido mostrar las intenciones que tiene con respecto a ella  y a su hijo en común, Jorge, ya que encuentra en el argumento de la novela aspectos muy similares a los de su relación con él. Carlos, por su parte, lo que parece querer es superar los problemas de comunicación que tiene con Jorge y sacarlo de la sobreprotección que ejerce su madre sobre él.

La novela está estructurada en capítulos alternos en los que se narra sucesivamente lo que le ocurre a padre e hijo durante su excursión en la sierra, las sensaciones de Carmen a medida que va leyendo el manuscrito y, propiamente, el texto del manuscrito.

Rafael Reig (Cangas de Onís, 1963) demuestra una gran maestría en la dosificación de la información y en el manejo de la tensión , que va in crescendo durante el desarrollo de la trama creando una angustia considerable en el lector. Se trata de una novela cruda y dura, como el lenguaje que utiliza Reig en algunos pasajes del libro y trata, de manera acertada, varios temas tan interesantes como el poder de la literatura, y por tanto de la lectura, para cambiar los estados de ánimo y la forma de pensar, la importancia del amor paterno filial, y el papel de los hijos y la responsabilidad de los padres tras un divorcio traumático.

Quizás el único reparo que se le puede poner a esta obra es que el final parece algo precipitado y un poco desconcertante. Todo y con eso, me parece una obra destacable.



lunes, 14 de noviembre de 2022

OPINIÓN

                                                     LA PRESCRIPCIÓN ALEMANA 

A raíz de la muerte de Javier Marías y de la infinidad de artículos que se han escrito estas últimas semanas sobre su persona y su obra, constato un hecho que no sé si cabría calificar como coincidencia o como algo que deja entrever la diferencia entre la exigencia y el criterio de los lectores de diferentes países, en este caso concreto, entre España y Alemania.

La circunstancia a la que me refiero no es que ambos hayan muerto, por desgracia, de forma prematura sino que tanto Marías como Carlos Ruiz Zafón, sin duda dos de los  más destacados autores de la literatura española de las últimas décadas, forjaron parte de su prestigio y de su éxito como escritores en sus inicios gracias a los lectores alemanes, que les concedieron su favor mucho antes que sus compatriotas, que fueron a remolque de aquellos y que tardaron mucho más tiempo en confirmar la popularidad de sus obras.

En el caso de Carlos Ruiz Zafón, es bien sabido que La sombra del viento tuvo una introducción difícil en España y su éxito tardó en despegar, mientras que en Alemania se convirtió muy pronto en un libro superventas, sobretodo gracias a una entrevista televisada con el, por entonces, ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, que la recomendó de forma vehemente y en pocas semanas vendió más de 100.000 ejemplares.

El éxito de Corazón tan blanco, de Javier Marías, en Alemania no fue tan fulgurante pero fue, si cabe más meritorio porque no solo consiguió que la novela tuviera un gran éxito popular -más de 60.000 ejemplares vendidos- sino que además cosechó unos insólitos elogios por parte de la crítica literaria de aquel país, en especial de su gran gurú, Marcel Reich Ranicki, que llegó a decir: "No hay nada comparable en la literatura contemporánea", mientras que en España, la crítica también le reconocía de forma mayoritaria pero su reconocimiento popular era todavía minoritario.

lunes, 7 de noviembre de 2022

CRÍTICA

 Todo lo que se llevó el diablo/ Javier Pérez Andújar

Esta novela es un homenaje a los voluntarios que formaron las Misiones Pedagógicas durante la Segunda República, que dedicaron, desinteresadamente, sus esfuerzos y sus energías a llevar la cultura (libros, representaciones teatrales, pedagogía) a los lugares más inhóspitos y desfavorecidos de España.

Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besós, Barcelona, 1965) refleja, con gran acierto y un gran esfuerzo de documentación, la época en que se desarrolla el relato y demuestra tener amplios conocimientos sobre los libros, las revistas, los cómics y las canciones de esa época fascinante.

En esta novela, el protagonismo recae en el grupo de maestros, estudiantes universitarios y voluntarios que van a la remota Sierra de la Culebra, en Zamora, para realizar sus tareas de alfabetización, y enfrente se encuentran los habitantes de la zona, gente primitiva, inculta, supersticiosa, aunque quizá en este caso el autor abusa un poco del estereotipo. A todo esto se une la violencia latente que proviene del choque entre estas dos españas y que está representada por un anarquista trastornado que, finalmente, hará estallar el conflicto. Entre todo el elenco, en mi opinión, cabe destacar el personaje de Velasco Flaínez, el muchacho huérfano que, después de la muerte de su abuelo, debe enfrentarse a la vida y lo hace con valor, inteligencia y responsabilidad, dando una lección a otros personajes adultos y supuestamente más maduros.

Como curiosidad, en el aspecto formal del libro, la audacia narrativa y el afán innovador han llevado a Pérez Andújar a escribir los diálogos de la novela sin poner los preceptivos guiones antes y después de las intervenciones de los personajes, lo cual puede dificultar en algunos casos de lectura a los lectores menos experimentados.

Todo lo que se llevó el diablo nos recuerda que la vida es un reto que hay que tener el coraje de afrontar, que los sueños se tienen que perseguir, que la redención existe y que los libros son un refugio contra cualquier inclemencia, que no es poco.