El sueño de un cartógrafo/ James Cowan
El autor de esta novela es el australiano James Cowan (Melbourne, 1942) que además de escritor es una apasionado de la antropología, cosa que queda refrendada viendo su bibliografía ensayística que trata ampliamente el tema.
Este es un libro de gran erudición, de prosa compleja. El tema que trata es muy interesante pero, a veces, a pesar de su corta extensión, es de lectura ardua ya que incluye extensas notas aclaratorias a pie de página pero, precisamente por eso, procura una recompensa intelectual superior. Está narrado en primera persona y contiene pocos diálogos porque el autor lo que ha hecho es novelar el supuesto diario de Fray Mauro, un monje veneciano del siglo XVI que vive recluido en el monasterio de San Michele de Murano y que en calidad de cartógrafo pretende trazar un mapa del mundo a través de las informaciones de primara mano que le procuran las entrevistas que mantiene en su celda con viajeros, peregrinos y marineros, y de la correspondencia que mantiene con diversos personajes de todo el orbe.
Lo más fascinante es la manera como el fraile narra los descubrimientos que va haciendo sobre el mundo desconocido, sobre tierras ignotas habitadas por extrañas razas que en muchos casos no han sido vistas antes por el hombre blanco. A veces muestra sorpresa y otras perplejidad ante las narraciones de sus informadores y, en algún caso incluso incredulidad, pero siempre escucha a sus interlocutores con respeto y admiración porque ellos han sido capaces de realizar los viajes y de vivir las aventuras que él no se ha atrevido
a protagonizar.
Después de leer la novela, la sensación que me queda es que se trata de un alegato en favor de la diversidad cultural y racial, un canto a la complejidad del ser humano que provoca profundas reflexiones en el lector.
viernes, 21 de diciembre de 2018
NOTICIAS
En breve se podrá encontrar en las librerías mi nuevo libro, Conciertos míticos de la historia del rock de Lenoir Ediciones. Se trata de un ensayo que pretende hacer un amplio repaso a la historia de este género musical a través de cuarenta de los conciertos más importantes de todas las épocas, desde 1965 hasta la actualidad. Os mantendré informados sobre la fecha exacta del lanzamiento.
miércoles, 12 de diciembre de 2018
CRÍTICA
La primera impresión que me vino a la cabeza al empezar a leer esta
novela fue que, sin duda, su autor estaba inspirado por El nombre
de la rosa de Umberto Eco, porque las coincidencias entre ambas
son numerosas; los hechos narrados suceden en un monasterio en plena
Edad Media, durante una época histórica de grandes cambios en el
seno de la iglesia y se produce una investigación detectivesca para
averiguar al autor o autores de una serie de crímenes horripilantes.
Las similitudes terminan aquí.
Esta es la primera novela de C.J. Sansom (Edimburgo, Escocia, 1952)
doctor en historia que se ha especializado en thriller histórico.
También es la primera novela protagonizada por Matthew Shardlake, un
abogado londinense de principios del siglo XVI, que ya cuenta con una
saga que consta de siete novelas en su haber.
En El gallo negro encontramos a Shardlake en el invierno de
1537, recibiendo el encargo del todopoderoso y siniestro vicario
general del rey, Thomas Cromwell, para que acuda al monasterio de
Scarnsea donde se ha producido el asesinato del comisionado enviado
para empezar a preparar el desmatelamiento del monasterio, en el
marco de la reforma protestante que promovieron Enrique VIII y el
mismo Cromwell. Así pues, nos encontramos en uno de los momentos más
apasionantes de la historia de Inglaterra que el autor refleja
bastante fielmente en el libro.
En esta novela, desde el principio, observamos que el autor se
inclina más por el formato de best-seller que por mostrar un
estilo literario personal, y no lo digo como una crítica sino como
la constatación de una elección que ha hecho el autor a la hora de
dar forma a su obra, totalmente lícita. Creo que es obvio que no
todos los escritores pueden aspirar a ser Umberto Eco. Esta elección
se nota, por ejemplo en el lenguaje que utiliza Samson en la novela,
que es bastante llano y en su prosa que estructuralmente no tiene un
gran nivel de complejidad, con lo cual consigue hilvanar una novela
con una trama bien construida, que se desarrolla sin grandes
altibajos y da como resultado una lectura ágil y amena.
Cabe destacar también algunos de los personajes secundarios que
tienen un papel importante en la narración, como Mark Poer, el
ayudante de Shardlake, Alice, la criada que trabaja en el monasterio,
el hermano Guy, el boticario negro o el abad del monasterio.
Esta novela no llega, desde luego, al nivel de excelencia y de
ambición literaria de El nombre de la rosa pero es una buena
muestra, más que correcta, de novela histórica y de suspense, muy
recomendable para cualquier lector que esté empezando a foguearse en
el género novelístico.
miércoles, 24 de octubre de 2018
CRÍTICA
Antes del huracán/ Kiko Amat
Esta es la primera novela que leo de Kiko Amat (1971, Sant Boi de Llobregat) al que, en cambio, he frecuentado como articulista en La Vanguardia y El País. Siempre me ha gustado su forma de escribir artículos haciendo gala de una prosa original, impactante, ágil y con ese sentido del humor cáustico que le caracteriza, y sin embargo, hasta ahora no había sentido la tentación de leer ninguna de sus obras de ficción anteriores.
Antes del huracán (2018) es su quinta novela y debo decir, después de leerla, que me ha sorprendido muy gratamente, El libro cuenta la historia de Curro, un chaval de 12 años que vive en el pueblo natal del autor, en la periferia de Barcelona, cuya familia, aparentemente normal al principio, se ve abocada a una crisis y a una situación de desestructuración grave debido a una infidelidad del padre y a la posterior demencia de la madre.
La historia está narrada en dos tiempos diferentes; el año 1982 cuando el protagonista es todavía un niño y ocurren los hechos que desencadenan los acontecimientos, y la actualidad, en la que el protagonista está recluido desde hace años en un centro psiquiátrico con un cuadro de esquizofrenia grave. Los dos tiempos narrativos se intercalan de manera natural mostrando la perspectiva que el paso de los años ha dado a la trágica historia familiar.
Amat muestra una gran habilidad retratando la específica idiosincrasia de los años 80 y de una población del extrarradio de Barcelona con toda su crudeza y también con toda su ternura, haciendo gala de un sentido del humor peculiar, impregnado de una profunda tristeza y de una melancolía que insta a Curro a volver a los viejos tiempos cuando todo funcionaba bien en su familia y todavía no se había desatado el huracán.
Para los que, como yo, hayan pasado su infancia o adolescencia en los años ochenta la novela tiene además el aliciente de describir con suma fidelidad situaciones históricas (Mundial de fútbol) y circunstancias y aspectos de la vida diaria que les provocarán una sana nostalgia y en muchos casos, una tierna sonrisa.
En suma, me ha parecido un ejercicio literario de gran calibre, con unos personajes y unas situaciones difíciles de olvidar.
Esta es la primera novela que leo de Kiko Amat (1971, Sant Boi de Llobregat) al que, en cambio, he frecuentado como articulista en La Vanguardia y El País. Siempre me ha gustado su forma de escribir artículos haciendo gala de una prosa original, impactante, ágil y con ese sentido del humor cáustico que le caracteriza, y sin embargo, hasta ahora no había sentido la tentación de leer ninguna de sus obras de ficción anteriores.
Antes del huracán (2018) es su quinta novela y debo decir, después de leerla, que me ha sorprendido muy gratamente, El libro cuenta la historia de Curro, un chaval de 12 años que vive en el pueblo natal del autor, en la periferia de Barcelona, cuya familia, aparentemente normal al principio, se ve abocada a una crisis y a una situación de desestructuración grave debido a una infidelidad del padre y a la posterior demencia de la madre.
La historia está narrada en dos tiempos diferentes; el año 1982 cuando el protagonista es todavía un niño y ocurren los hechos que desencadenan los acontecimientos, y la actualidad, en la que el protagonista está recluido desde hace años en un centro psiquiátrico con un cuadro de esquizofrenia grave. Los dos tiempos narrativos se intercalan de manera natural mostrando la perspectiva que el paso de los años ha dado a la trágica historia familiar.
Amat muestra una gran habilidad retratando la específica idiosincrasia de los años 80 y de una población del extrarradio de Barcelona con toda su crudeza y también con toda su ternura, haciendo gala de un sentido del humor peculiar, impregnado de una profunda tristeza y de una melancolía que insta a Curro a volver a los viejos tiempos cuando todo funcionaba bien en su familia y todavía no se había desatado el huracán.
Para los que, como yo, hayan pasado su infancia o adolescencia en los años ochenta la novela tiene además el aliciente de describir con suma fidelidad situaciones históricas (Mundial de fútbol) y circunstancias y aspectos de la vida diaria que les provocarán una sana nostalgia y en muchos casos, una tierna sonrisa.
En suma, me ha parecido un ejercicio literario de gran calibre, con unos personajes y unas situaciones difíciles de olvidar.
sábado, 15 de septiembre de 2018
CRÍTICA
Pandora al Congo/ Albert Sánchez Piñol
Quan
un escriptor publica una primera novel·la i aquesta es converteix en
un èxit abassegador,
a l'autor se li planteja un repte majúscul a l'hora d'escriure el
seu segon llibre. Això és el que li va passar a Albert
Sánchez Piñol després
que La
pell freda (2002) obtingués una magnífica acollida per part dels
lectors i de la crítica, unes xifres de vendes fulgurants i
que fos traduïda
a 29 idiomes.
Així doncs, la seva segona novel·la s'esperava amb molt d'interès i amb certa inquietud per veure si era capaç d'igualar la qualitat i la notorietat de la seva primera obra.
Pandora al Congo té un argument complex que Sánchez Piñol desenvolupa de forma magistral; un jove i inexpert escriptor, Thomas Thomson, rep l'encàrrec d'un advocat, Norton, d'escriure la història d'un presidiari acusat de l'assassinat de dos germans de l'aristocràcia en una expedició al Congo.
Així doncs, la seva segona novel·la s'esperava amb molt d'interès i amb certa inquietud per veure si era capaç d'igualar la qualitat i la notorietat de la seva primera obra.
Pandora al Congo té un argument complex que Sánchez Piñol desenvolupa de forma magistral; un jove i inexpert escriptor, Thomas Thomson, rep l'encàrrec d'un advocat, Norton, d'escriure la història d'un presidiari acusat de l'assassinat de dos germans de l'aristocràcia en una expedició al Congo.
Seixanta
anys després, Thomson ens
explica tota la història a través de diversos flashbacks en
els quals no
només relata els fets ocorreguts al
Congo el 1914 sinó també
la seva participació en la Primera
Guerra Mundial i les seves entrevistes a la presó amb
l'acusat, Marcus Garvey.
La part més important de la narració és la que té lloc al Congo on els germans Craver han muntat una expedició per trobar or i diamants.
Allà, a la selva profunda, sota la mina que excaven els negres explotats, apareix l'amenaça desconeguda en forma d'una agressiva raça que viu a les profunditats de la terra, els Técton.
La part més important de la narració és la que té lloc al Congo on els germans Craver han muntat una expedició per trobar or i diamants.
Allà, a la selva profunda, sota la mina que excaven els negres explotats, apareix l'amenaça desconeguda en forma d'una agressiva raça que viu a les profunditats de la terra, els Técton.
Com
a La pell freda aquí també s'hi barregen gèneres diferents;
novel·la d'aventures africanes, de terror, d'intriga judicial i
també, sorprenentment, romàntica. Sí, perquè aquí, igual que a
La pell freda també hi ha un personatge femení, Amgam, de la
raça invasora, de físic peculiar, que implica en Garvey en
una aventura amorosa.
Però aquestes són les úniques similituds amb La pell freda perquè Pandora al Congo és una altra cosa. És una crítica atemporal a la discriminació per motius de classe social, al sistema judicial, al periodisme sensacionalista i moltes coses més. Però és, sobretot, una demostració de què la realitat mai és una sola i que els límits entre aquesta i la ficció són molt prims i difusos.
Però aquestes són les úniques similituds amb La pell freda perquè Pandora al Congo és una altra cosa. És una crítica atemporal a la discriminació per motius de classe social, al sistema judicial, al periodisme sensacionalista i moltes coses més. Però és, sobretot, una demostració de què la realitat mai és una sola i que els límits entre aquesta i la ficció són molt prims i difusos.
El
que és segur és que Sánchez Piñol és
un narrador de raça, un escriptor amb unes qualitats fora del
comú i ho torna a demostrar amb aquesta novel·la que no deixarà
indiferent a cap lector.
lunes, 6 de agosto de 2018
CRÍTICA
Galveston/ Nic Pizzolatto
Nic Pizzolatto (Nueva Orleans, 1975) es uno de los escritores de novela negra más prometedores de los últimos años con solo una novela a sus espaldas, la que estamos a punto de reseñar. Como algunos de sus contemporáneos, Pizzolatto ha diversificado su carrera para dedicarse también a escribir guiones de series de televisión y películas. En este apartado ha destacado, sobre todo, por ser el creador y guionista de la serie True Detective, cuya primera temporada marcó un hito dentro de las producciones de televisión de temática negrocriminal, tanto por su carácter innovador como por su personalidad marcada.
Su carrera literaria había empezado, antes de su incursión en el mundo de la pequeña pantalla, primero con un notable libro de relatos cortos titulado La profundidad del mar amarillo (2006) y después con la novela que nos ocupa, Galveston (2010). Así pues, estamos ante un autor poco prolífico que cuida al detalle lo que publica.
Galveston narra la historia de Roy Cady, un matón profesional al que detectan un cáncer terminal. Su jefe es un peligroso prestamista de Nueva Orleans que contrata a unos asesinos a sueldo para matarlo debido a que Cady fue amante de su actual novia, creando entre ellos una rencilla de difícil solución. Cady sobrevive y empieza una huida desesperada en compañía de una joven prostituta que carga con una niña pequeña.
Aunque al principio lo pueda parecer, no se trata de una novela negra al uso, sino más bien de una novela sobre marginados que viven fuera de las normas de la sociedad convencional. Es un relato sobre la r
edención con una atmósfera muy bien conseguida, propia del sur de los Estados Unidos; paisajes áridos, carreteras poco transitadas, moteles cochambrosos...
La primera parte de la narración sigue la tradición de la novela negra americana y se nota el aroma de Dashiell Hammett, Raymond Chandler o Mickey Spillane pero luego el relato toma otros derroteros y, en mi opinión, aquí se hace evidente la influencia de Dennis Lehane en la narrativa de Pizzolatto, pero creo que todavía le queda camino por recorrer para llegar al nivel de excelencia del autor de obras tan fundamentales como Mystic River o Shutter Island. Pizzolatto tiene, al igual que Lehane, una forma muy personal de mostrar la violencia, de una forma fría, impersonal, sin darle una especial relevancia, como si formara parte de la cotidianidad.
De todas maneras, es una gran novela de debut y estoy convencido de que, si se centra en su labor literaria y deja de lado su trabajo como guionista, Pizzolatto nos va a ofrecer en un futuro obras de más calado.
Nic Pizzolatto (Nueva Orleans, 1975) es uno de los escritores de novela negra más prometedores de los últimos años con solo una novela a sus espaldas, la que estamos a punto de reseñar. Como algunos de sus contemporáneos, Pizzolatto ha diversificado su carrera para dedicarse también a escribir guiones de series de televisión y películas. En este apartado ha destacado, sobre todo, por ser el creador y guionista de la serie True Detective, cuya primera temporada marcó un hito dentro de las producciones de televisión de temática negrocriminal, tanto por su carácter innovador como por su personalidad marcada.
Su carrera literaria había empezado, antes de su incursión en el mundo de la pequeña pantalla, primero con un notable libro de relatos cortos titulado La profundidad del mar amarillo (2006) y después con la novela que nos ocupa, Galveston (2010). Así pues, estamos ante un autor poco prolífico que cuida al detalle lo que publica.
Galveston narra la historia de Roy Cady, un matón profesional al que detectan un cáncer terminal. Su jefe es un peligroso prestamista de Nueva Orleans que contrata a unos asesinos a sueldo para matarlo debido a que Cady fue amante de su actual novia, creando entre ellos una rencilla de difícil solución. Cady sobrevive y empieza una huida desesperada en compañía de una joven prostituta que carga con una niña pequeña.
Aunque al principio lo pueda parecer, no se trata de una novela negra al uso, sino más bien de una novela sobre marginados que viven fuera de las normas de la sociedad convencional. Es un relato sobre la r
edención con una atmósfera muy bien conseguida, propia del sur de los Estados Unidos; paisajes áridos, carreteras poco transitadas, moteles cochambrosos...
La primera parte de la narración sigue la tradición de la novela negra americana y se nota el aroma de Dashiell Hammett, Raymond Chandler o Mickey Spillane pero luego el relato toma otros derroteros y, en mi opinión, aquí se hace evidente la influencia de Dennis Lehane en la narrativa de Pizzolatto, pero creo que todavía le queda camino por recorrer para llegar al nivel de excelencia del autor de obras tan fundamentales como Mystic River o Shutter Island. Pizzolatto tiene, al igual que Lehane, una forma muy personal de mostrar la violencia, de una forma fría, impersonal, sin darle una especial relevancia, como si formara parte de la cotidianidad.
De todas maneras, es una gran novela de debut y estoy convencido de que, si se centra en su labor literaria y deja de lado su trabajo como guionista, Pizzolatto nos va a ofrecer en un futuro obras de más calado.
lunes, 2 de julio de 2018
CRÍTICA
Els secrets de la reina/ X.R. Trigo
No
descobrim res si diem que la novel·la històrica està vivint un
renovat moment d'esplendor en l'actualitat i més si té, com la què
ens ocupa, un toc de trhriller. Aquest és un dels subgèneres
més en voga en aquest moment, impulsat per autors com Dan
Brown, Ken Follet, Caleb Carr o
els espanyols Luis García Jambrina, Matilde Asensi o Marcos
Chicot.
X.R. Trigo (Betanzos, A Corunya,1959), autor gallec establert a Catalunya fa anys i que escriu en català, ha fet una incursió en aquest tipus de literatura amb resultats desiguals, al meu entendre.
La novel·la està narrada en dues èpoques diferents, en capítols alterns, que ens porten d'una banda a l'any 1348 quan Europa estava sent assolada per la pesta negra i el rei Pere III el Cerimoniós i la seva esposa la reina Elionor de Portugal arriben al monestir de Poblet per supervisar el treball del mestre escultor Aloi de Montbrai que està treballant en la realització dels sepulcres reals. D'altra banda, la història es desenvolupa en l'actualitat, quan dos joves historiadors, l'Enric i la Beatriu, descobreixen que un dels seus companys de carrera ha estat assassinat en el seu pis i que els que ho van fer buscaven alguna cosa que no era diners. Comencen així una recerca en la qual troben una fotografia que els fa pensar que el mestre Aloi de Montbrai va escriure un dietari on va explicar els estranys successos que van ocórrer en el monestir de Poblet en aquells agitats dies.
X.R. Trigo (Betanzos, A Corunya,1959), autor gallec establert a Catalunya fa anys i que escriu en català, ha fet una incursió en aquest tipus de literatura amb resultats desiguals, al meu entendre.
La novel·la està narrada en dues èpoques diferents, en capítols alterns, que ens porten d'una banda a l'any 1348 quan Europa estava sent assolada per la pesta negra i el rei Pere III el Cerimoniós i la seva esposa la reina Elionor de Portugal arriben al monestir de Poblet per supervisar el treball del mestre escultor Aloi de Montbrai que està treballant en la realització dels sepulcres reals. D'altra banda, la història es desenvolupa en l'actualitat, quan dos joves historiadors, l'Enric i la Beatriu, descobreixen que un dels seus companys de carrera ha estat assassinat en el seu pis i que els que ho van fer buscaven alguna cosa que no era diners. Comencen així una recerca en la qual troben una fotografia que els fa pensar que el mestre Aloi de Montbrai va escriure un dietari on va explicar els estranys successos que van ocórrer en el monestir de Poblet en aquells agitats dies.
Les
dues històries es van desenvolupant de forma paral·lela i el llibre
resulta de lectura entretinguda i interessant. L'autor, a més,
domina la tècnica de escriure sobre la fina línia que separa la
realitat històrica de la ficció novelada. Però, per a mi, el
problema de la novel·la radica en el tram final del llibre que és,
al meu entendre, massa obert i una mica decepcionant. Queden
alguns caps per lligar importants de l'argument sense solucionar, com
els motius pels quals ha estat assassinat en Ricard o qui, en
realitat, va acabar amb la vida de la reina Elionor el
1348.
sábado, 2 de junio de 2018
CRÍTICA
Años de sequía/ Jane Harper
Aaron Falk, investigador de delitos financieros de la policía de Melbourne, debe volver a su pueblo natal, Kiewarra, para asistir al funeral de Luke Hadler, su mejor amigo de la infancia y la adolescencia, que al parecer ha matado a su mujer y a su hijo de 6 años y después se ha suicidado.
Una vez allí, los padres de Hadler le piden que inicie una investigación extraoficial para intentar averiguar si su hijo fue realmente capaz de cometer esa atrocidad, ya que hay varios detalles que no encajan. En su tarea se verá ayudado por el sargento Raco, un recién llegado a la policía del pueblo.
Todo esto ocurre en una pequeña población del sudeste de Australia, azotada por una terrible sequía y en medio de una ola de calor sofocante.
Este es el punto de partida de Años de sequía, la primera novela de Jane Harper (Manchester, Reino Unido,1980) periodista inglesa que lleva años afincada en Australia.
El argumento está tramado de forma admirable, en un constante in crescendo de tensión, pero sin sobresaltos ni golpes de efecto artificiales, hasta llegar a un final inesperado pero, como el resto de la novela, muy realista, en cualquier caso nada forzado.
El otro gran acierto es, sin duda, la ambientación. Kiewarra se erige en otro protagonista del libro, con sus gentes ariscas, cerradas e inquietantes y sus historias del pasado que afectan a Falk y le trastornan todavía, después de los años pasados. También el calor y la sequía, magníficamente descritos por la autora, toman un protagonismo especial porque condicionan el carácter y el comportamiento de las gentes del lugar, volviéndolos irritables e iracundos.
En definitiva, se trata de una novela negra remarcable y más teniendo en cuenta que se trata de la obra de una escritora debutante. Nos ha dejado con ganas de más.
Aaron Falk, investigador de delitos financieros de la policía de Melbourne, debe volver a su pueblo natal, Kiewarra, para asistir al funeral de Luke Hadler, su mejor amigo de la infancia y la adolescencia, que al parecer ha matado a su mujer y a su hijo de 6 años y después se ha suicidado.
Una vez allí, los padres de Hadler le piden que inicie una investigación extraoficial para intentar averiguar si su hijo fue realmente capaz de cometer esa atrocidad, ya que hay varios detalles que no encajan. En su tarea se verá ayudado por el sargento Raco, un recién llegado a la policía del pueblo.
Todo esto ocurre en una pequeña población del sudeste de Australia, azotada por una terrible sequía y en medio de una ola de calor sofocante.
Este es el punto de partida de Años de sequía, la primera novela de Jane Harper (Manchester, Reino Unido,1980) periodista inglesa que lleva años afincada en Australia.
El argumento está tramado de forma admirable, en un constante in crescendo de tensión, pero sin sobresaltos ni golpes de efecto artificiales, hasta llegar a un final inesperado pero, como el resto de la novela, muy realista, en cualquier caso nada forzado.
El otro gran acierto es, sin duda, la ambientación. Kiewarra se erige en otro protagonista del libro, con sus gentes ariscas, cerradas e inquietantes y sus historias del pasado que afectan a Falk y le trastornan todavía, después de los años pasados. También el calor y la sequía, magníficamente descritos por la autora, toman un protagonismo especial porque condicionan el carácter y el comportamiento de las gentes del lugar, volviéndolos irritables e iracundos.
En definitiva, se trata de una novela negra remarcable y más teniendo en cuenta que se trata de la obra de una escritora debutante. Nos ha dejado con ganas de más.
lunes, 30 de abril de 2018
CRÍTICA
Africanus. El hijo del cónsul/ Santiago Posteguillo
Este es el primer libro de la trilogía de novela histórica que narra la vida de Publio Cornelio Escipión, más conocido como Escipión el Africano, el famoso general romano que consiguió derrotar a Aníbal, y que narra su azarosa vida, llena de episodios heroicos. También es la primera novela que escribió Santiago Posteguillo (Valencia,1967), que luego se ha convertido en un autor de novela histórica de notable éxito, con novelas ambientadas siempre en la antigua Roma.
Esta primera parte de la trilogía narra desde la infancia de Publio Cornelio Escipión, su etapa de formación como hombre y como militar, su aprendizaje de manos de su padre, entonces cónsul de Roma del mismo nombre, y de su tío Cneo, un afamado general, hasta su juventud, en la que es nombrado el general más joven de la historia de Roma y es enviado a Hispania, donde conquista Qart Hadasht (Cartago Nova), haciendo un alarde de estrategia militar y valor para derrotar a los cartagineses.
La novela destaca por su rigor histórico, uno de los puntos fuertes de Posteguillo, pero este mismo rigor supone a veces que el ritmo narrativo de la novela sea más lento y la acción quede algo estancada en algunas fases. Creo que el uso de la elipsis en algunos momentos haría que la narración fuera más ágil.
Opino que, a pesar de la excesiva extensión del texto, es un acierto que la novela esté estructurada en capítulos cortos, en la mayoría de los casos, lo cual hace su lectura más amena.
La caracterización de los personajes me parece algo estereotipada y falta de más matices pero debo reconocer que los personajes principales, a parte del protagonista, son identificables y cobran vida porque tienen características propias que el autor les atribuye con coherencia, como es el caso de Tito Macio, de Cayo Lelio o del mismo Aníbal.
En líneas generales, para tratarse de una obra de debut, se trata de una novela notable, brillante.
Este es el primer libro de la trilogía de novela histórica que narra la vida de Publio Cornelio Escipión, más conocido como Escipión el Africano, el famoso general romano que consiguió derrotar a Aníbal, y que narra su azarosa vida, llena de episodios heroicos. También es la primera novela que escribió Santiago Posteguillo (Valencia,1967), que luego se ha convertido en un autor de novela histórica de notable éxito, con novelas ambientadas siempre en la antigua Roma.
Esta primera parte de la trilogía narra desde la infancia de Publio Cornelio Escipión, su etapa de formación como hombre y como militar, su aprendizaje de manos de su padre, entonces cónsul de Roma del mismo nombre, y de su tío Cneo, un afamado general, hasta su juventud, en la que es nombrado el general más joven de la historia de Roma y es enviado a Hispania, donde conquista Qart Hadasht (Cartago Nova), haciendo un alarde de estrategia militar y valor para derrotar a los cartagineses.
La novela destaca por su rigor histórico, uno de los puntos fuertes de Posteguillo, pero este mismo rigor supone a veces que el ritmo narrativo de la novela sea más lento y la acción quede algo estancada en algunas fases. Creo que el uso de la elipsis en algunos momentos haría que la narración fuera más ágil.
Opino que, a pesar de la excesiva extensión del texto, es un acierto que la novela esté estructurada en capítulos cortos, en la mayoría de los casos, lo cual hace su lectura más amena.
La caracterización de los personajes me parece algo estereotipada y falta de más matices pero debo reconocer que los personajes principales, a parte del protagonista, son identificables y cobran vida porque tienen características propias que el autor les atribuye con coherencia, como es el caso de Tito Macio, de Cayo Lelio o del mismo Aníbal.
En líneas generales, para tratarse de una obra de debut, se trata de una novela notable, brillante.
lunes, 5 de marzo de 2018
CRÍTICA
Joc brut/ Manuel de Pedrolo
Coincidint amb el centenari del naixement de l'autor, m'he decidit a rellegir una de les seves novel·les curtes que es podria incloure en el gènere de novel·la negra o policíaca. Es tracta de "Joc brut" (1965). Pedrolo (1918-1990) va ser un dels autors més prolífics i influents de la literatura catalana contemporània i va tocar la major part de gèneres que abasta el terme; des de la novel·la al conte, passant pel teatre, la poesia i l'assaig. La seva característica més destacable com a escriptor va ser sempre el seu caràcter innovador que el va portar a provar tota classe de tècniques narratives.
Aquesta novel·la és un clar exemple de narració protagonitzada per una dona fatal, un estereotip molt utilitzat en la novel·la negra nord-americana i també al cinema de l'època daurada de Hollywood. Aquí, un noi de família humil s'enamora bojament d'una noia summament atractiva que l'entabana usant les seves armes de seducció i, després, de forma subtil i sibil·lina, l'empeny a cometre un assassinat. Després d'això, ella desapareix sense deixar rastre i, finalment, com és de preveure res és el que sembla.
El primer que he pensat en acabar de llegir el llibre és que Pedrolo va llegir al seu moment a David Goodis i a William Irish i està clarament influenciat per la seva narrativa ja que, a més d'usar un estil similar a aquests, el tema d'aquesta novel·la és, en definitiva, la solitud, la incomunicació i la falta de sentit de l'existència humana, una constant en aquests dos autors nord-americans.
Encara tenint en compte que es tracta d'una obra menor dins de la seva bibliografia, crec que és un exemple perfecte de la capacitat de síntesi de l'autor que aquí cristal·litza en un text curt, concís, en el qual no sobra ni falta una paraula. Un prodigi de precisió sintàctica i lèxica.
Coincidint amb el centenari del naixement de l'autor, m'he decidit a rellegir una de les seves novel·les curtes que es podria incloure en el gènere de novel·la negra o policíaca. Es tracta de "Joc brut" (1965). Pedrolo (1918-1990) va ser un dels autors més prolífics i influents de la literatura catalana contemporània i va tocar la major part de gèneres que abasta el terme; des de la novel·la al conte, passant pel teatre, la poesia i l'assaig. La seva característica més destacable com a escriptor va ser sempre el seu caràcter innovador que el va portar a provar tota classe de tècniques narratives.
Aquesta novel·la és un clar exemple de narració protagonitzada per una dona fatal, un estereotip molt utilitzat en la novel·la negra nord-americana i també al cinema de l'època daurada de Hollywood. Aquí, un noi de família humil s'enamora bojament d'una noia summament atractiva que l'entabana usant les seves armes de seducció i, després, de forma subtil i sibil·lina, l'empeny a cometre un assassinat. Després d'això, ella desapareix sense deixar rastre i, finalment, com és de preveure res és el que sembla.
El primer que he pensat en acabar de llegir el llibre és que Pedrolo va llegir al seu moment a David Goodis i a William Irish i està clarament influenciat per la seva narrativa ja que, a més d'usar un estil similar a aquests, el tema d'aquesta novel·la és, en definitiva, la solitud, la incomunicació i la falta de sentit de l'existència humana, una constant en aquests dos autors nord-americans.
Encara tenint en compte que es tracta d'una obra menor dins de la seva bibliografia, crec que és un exemple perfecte de la capacitat de síntesi de l'autor que aquí cristal·litza en un text curt, concís, en el qual no sobra ni falta una paraula. Un prodigi de precisió sintàctica i lèxica.
miércoles, 21 de febrero de 2018
CRÍTICA
El periodista deportivo/ Richard Ford
Esta es mi primera incursión en el universo narrativo de Richard Ford (Jackson, Mississipi,1944) y para esta ocasión he elegido El periodista deportivo (1986), la novela que le dio notoriedad entre la crítica literaria norteamericana y que, además, es la primera de la trilogía protagonizada por su personaje fetiche, Frank Bascombe, que comparte con el autor algunos aspectos destacables de su biografía.
En el primer capítulo nos explica que Bascombe tiene 38 años, que es un escritor de cierto renombre que, después de publicar un libro de relatos reconocido por la crítica, sufre una crisis personal al perder a su hijo Ralph de 9 años, debido a una enfermedad fulminante, y que posteriormente se ha separado de su mujer. Después de sufrir esta dura experiencia decide dejar la literatura y dedicarse al periodismo deportivo, adoptando una filosofía de vida más pragmática.
Ford narra tres días de la vida del protagonista sin seguir las convenciones de la literatura tradicional, es decir, ignorando la estructura clásica de introducción, nudo y desenlace, y lo hace de forma lineal, fluida y sin usar una prosa compleja, de forma que el lector entra en su mundo de manera progresiva y sin sobresaltos.
En mi caso concreto, leí las cien primeras páginas del libro y me sentí algo decepcionado por la falta de acción que rezumaba el texto pero seguí leyendo y el relato me atrapó de una forma difícil de definir.
Algunos críticos han definido el estilo de Ford como realismo exhaustivo, con lo cual me muestro bastante de acuerdo, ya que esto lo diferencia de otros autores como Raymod Carver y Tobias Wolff
de los cuales, en mi opinión, le separan algunas características esenciales.
Ford es un maestro cuando se trata de retratar a la clase media-alta norteamericana y el personaje de Bascombe, que ha protagonizado ya otras dos novelas y un libro de relatos, es tan complejo y admite tantos matices que me ha dejado completamente fascinado. La primera sensación es que se trata de un hombre cínico y descreído pero luego comprobamos que tiene unos sólidos principios, muy personales, aunque a veces nos dé la sensación de que actúa de forma reprochable.
No puedo dejar de recordar el pasaje de la novela en que Bascombe va a entrevistar a Herb, un jugador de fútbol americano que se ha quedado parapléjico tras un accidente, con el objeto de escribir un artículo narrando su historia de superación y valentía, y se encuentra con un hombre perturbado y devastado psicológicamente. Es difícil encontrar en la literatura actual una escena tan inquietante y perturbadora narrada de forma tan simple y compleja a la vez. Magistral.
Esta es mi primera incursión en el universo narrativo de Richard Ford (Jackson, Mississipi,1944) y para esta ocasión he elegido El periodista deportivo (1986), la novela que le dio notoriedad entre la crítica literaria norteamericana y que, además, es la primera de la trilogía protagonizada por su personaje fetiche, Frank Bascombe, que comparte con el autor algunos aspectos destacables de su biografía.
En el primer capítulo nos explica que Bascombe tiene 38 años, que es un escritor de cierto renombre que, después de publicar un libro de relatos reconocido por la crítica, sufre una crisis personal al perder a su hijo Ralph de 9 años, debido a una enfermedad fulminante, y que posteriormente se ha separado de su mujer. Después de sufrir esta dura experiencia decide dejar la literatura y dedicarse al periodismo deportivo, adoptando una filosofía de vida más pragmática.
Ford narra tres días de la vida del protagonista sin seguir las convenciones de la literatura tradicional, es decir, ignorando la estructura clásica de introducción, nudo y desenlace, y lo hace de forma lineal, fluida y sin usar una prosa compleja, de forma que el lector entra en su mundo de manera progresiva y sin sobresaltos.
En mi caso concreto, leí las cien primeras páginas del libro y me sentí algo decepcionado por la falta de acción que rezumaba el texto pero seguí leyendo y el relato me atrapó de una forma difícil de definir.
Algunos críticos han definido el estilo de Ford como realismo exhaustivo, con lo cual me muestro bastante de acuerdo, ya que esto lo diferencia de otros autores como Raymod Carver y Tobias Wolff
de los cuales, en mi opinión, le separan algunas características esenciales.
Ford es un maestro cuando se trata de retratar a la clase media-alta norteamericana y el personaje de Bascombe, que ha protagonizado ya otras dos novelas y un libro de relatos, es tan complejo y admite tantos matices que me ha dejado completamente fascinado. La primera sensación es que se trata de un hombre cínico y descreído pero luego comprobamos que tiene unos sólidos principios, muy personales, aunque a veces nos dé la sensación de que actúa de forma reprochable.
No puedo dejar de recordar el pasaje de la novela en que Bascombe va a entrevistar a Herb, un jugador de fútbol americano que se ha quedado parapléjico tras un accidente, con el objeto de escribir un artículo narrando su historia de superación y valentía, y se encuentra con un hombre perturbado y devastado psicológicamente. Es difícil encontrar en la literatura actual una escena tan inquietante y perturbadora narrada de forma tan simple y compleja a la vez. Magistral.
sábado, 20 de enero de 2018
martes, 2 de enero de 2018
NOTICIAS
Mi nueva novela Tiempo de sangre se encuentra en la parte final del proceso de edición y se podrá encontrar en las librerías en poco tiempo. Se trata de la secuela de El bosque de las almas perdidas, mi anterior libro. En breve os daré más noticias sobre el acto de presentación.
Aquí os adjunto una breve sinopsis para que vayáis haciendo boca:
Aquí os adjunto una breve sinopsis para que vayáis haciendo boca:
Han pasado veintiocho años desde que
la expedición capitaneada por el Dr. Flückinger, cirujano militar
del ejército austriaco, viajara al pueblo de Medvedja, en Serbia,
para investigar una serie de muertes que parecían producidas por
vampiros.
En Viena han aparecido los cadáveres
de dos chicas jóvenes a las cuales les han extraído toda la sangre
del cuerpo. El alguacil Maximilian Klein y su ayudante, Fritz Maier,
son los encargados de investigar el caso y de encontrar el vínculo
que une estos dos extraños hechos, separados por el paso del tiempo
y aparentemente inconexos.
CRÍTICA
El laberinto de los espíritus/ Carlos Ruiz Zafón
Esta es la última de las cuatro novelas que forman la tetralogía denominada El cementerio de los libros olvidados. La primera fue la exitosa y brillante La sombra del viento (2001) que abrió a su autor las puertas de la merecida fama , y a esta le siguieron El juego del ángel (2008) y El prisionero del cielo (2011), cada una con sus propios personajes (algunos comunes), sus propias historias y su propia personalidad, que permiten leerlas de forma autónoma y en el orden que se quiera sin alterar su coherencia y su comprensión por parte del lector.
El laberinto de los espíritus cierra pues este impresionante fresco sobre la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, es decir, desde principios de la centuria hasta el año 1960, haciendo especial hincapié en la época de la posguerra española, período especialmente prolífico para la ambientación de ficciones literarias.
En este caso, Ruiz Zafón recupera como protagonistas a algunos de los personajes de La sombra del viento; la familia Sempere, en la figura de Daniel, y Fermín Romero de Torres vuelven a verse envueltos en una intriga que revelará la causa de la muerte de la madre del librero, Isabella, gracias a la ayuda de un personaje nuevo e inquietante, Alicia Gris. Creo que Ruiz Zafón, con el afán de zanjar temas abiertos en las otras novelas de la saga y dar solución a todos los conflictos en marcha, se ve obligado a trabajar en esta narración con una cantidad excesiva de información lo que obliga al lector a hacer un sobre esfuerzo con el objetivo de relacionar a todos los personajes, para poder atar cabos y desentrañar la trama. En mi caso, tuve que consultar en diversas ocasiones las anteriores novelas para recordar algunos personajes que me clarificaron las diversas historias que se entrelazan. De todas maneras, hay que dar su parte del mérito al autor ya que el argumento está armado con la precisión de un reloj suizo y no deja ningún cabo suelto.
No deja de maravillarme la capacidad de Ruiz Zafón de crear, a través de las palabras, y más en concreto de sus descripciones, imágenes evocadoras que perduran en la mente del lector. También me sigue fascinando la facilidad con que crea personajes bien moldeados y con una profundidad psicológica envidiable con unos pocos trazos, aunque es verdad que a veces se deja llevar por los tópicos. El maravilloso personaje de Fermín Romero de Torres es, en mi opinión, un ejemplo de ambas cosas.
Durante la lectura de la novela he notado que, cada vez más, Ruiz Zafón está cultivando el lado irónico y humorístico en su estilo, incluso teniendo en cue
nta lo serios que son los temas que trata, un poco a la manera de Eduardo Mendoza aunque salvando las distancias. Un ejemplo claro de esta tendencia es el personaje de Virgilio, el funcionario de la Biblioteca nacional.
A pesar de que el mundo imaginario de Ruiz Zafón es muy identificable e incluso repetitivo, o quizás precisamente por eso, novela tras novela nos sigue fascinando y sorprendiendo con sus propuestas que siguen siendo las de una literatura apasionante, entretenida y que engancha, sin remedio.
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, opino que El laberinto de los espíritus es un magnífico broche final a la saga de El cementerio de los libros olvidados. Una novela sobresaliente.
Esta es la última de las cuatro novelas que forman la tetralogía denominada El cementerio de los libros olvidados. La primera fue la exitosa y brillante La sombra del viento (2001) que abrió a su autor las puertas de la merecida fama , y a esta le siguieron El juego del ángel (2008) y El prisionero del cielo (2011), cada una con sus propios personajes (algunos comunes), sus propias historias y su propia personalidad, que permiten leerlas de forma autónoma y en el orden que se quiera sin alterar su coherencia y su comprensión por parte del lector.
El laberinto de los espíritus cierra pues este impresionante fresco sobre la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, es decir, desde principios de la centuria hasta el año 1960, haciendo especial hincapié en la época de la posguerra española, período especialmente prolífico para la ambientación de ficciones literarias.
En este caso, Ruiz Zafón recupera como protagonistas a algunos de los personajes de La sombra del viento; la familia Sempere, en la figura de Daniel, y Fermín Romero de Torres vuelven a verse envueltos en una intriga que revelará la causa de la muerte de la madre del librero, Isabella, gracias a la ayuda de un personaje nuevo e inquietante, Alicia Gris. Creo que Ruiz Zafón, con el afán de zanjar temas abiertos en las otras novelas de la saga y dar solución a todos los conflictos en marcha, se ve obligado a trabajar en esta narración con una cantidad excesiva de información lo que obliga al lector a hacer un sobre esfuerzo con el objetivo de relacionar a todos los personajes, para poder atar cabos y desentrañar la trama. En mi caso, tuve que consultar en diversas ocasiones las anteriores novelas para recordar algunos personajes que me clarificaron las diversas historias que se entrelazan. De todas maneras, hay que dar su parte del mérito al autor ya que el argumento está armado con la precisión de un reloj suizo y no deja ningún cabo suelto.
No deja de maravillarme la capacidad de Ruiz Zafón de crear, a través de las palabras, y más en concreto de sus descripciones, imágenes evocadoras que perduran en la mente del lector. También me sigue fascinando la facilidad con que crea personajes bien moldeados y con una profundidad psicológica envidiable con unos pocos trazos, aunque es verdad que a veces se deja llevar por los tópicos. El maravilloso personaje de Fermín Romero de Torres es, en mi opinión, un ejemplo de ambas cosas.
Durante la lectura de la novela he notado que, cada vez más, Ruiz Zafón está cultivando el lado irónico y humorístico en su estilo, incluso teniendo en cue
nta lo serios que son los temas que trata, un poco a la manera de Eduardo Mendoza aunque salvando las distancias. Un ejemplo claro de esta tendencia es el personaje de Virgilio, el funcionario de la Biblioteca nacional.
A pesar de que el mundo imaginario de Ruiz Zafón es muy identificable e incluso repetitivo, o quizás precisamente por eso, novela tras novela nos sigue fascinando y sorprendiendo con sus propuestas que siguen siendo las de una literatura apasionante, entretenida y que engancha, sin remedio.
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, opino que El laberinto de los espíritus es un magnífico broche final a la saga de El cementerio de los libros olvidados. Una novela sobresaliente.
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